jueves, 23 de diciembre de 2010

Alicia en el país de las maravillas


Se que no me llamo Alicia… pero también se que no existe el país de las maravillas…
Cada país, en mayor o menor medida tiene sus demonios… Estoy conciente de eso y no es algo que se me haya pasado por alto cuando decidí emigrar.
No levanto el vuelo esperando llegar a la tierra prometida….
Levanto el vuelvo esperando llegar a la tierra de las realidades…
“Para estar guindando es mejor caer” es una frase que se escucha con frecuencia… y es lo que yo prefiero… Vivir en un mundo real, con problemas reales…
Pero vivo en un país donde no se cual es la realidad… si la que yo vivo o aquella que me dicen los gobernantes… uno de los dos se supone que está equivocado, pero si resulto ser yo… resultará también que estoy loca y que la realidad en la que vivo no es real.
No he crecido con dinero… Trabajo desde que cumplí la mayoría de edad y estoy acostumbrada a luchar por lo que quiero.
No espero al emigrar, llegar a un país perfecto, donde por arte de magia pase a ser rica, hermosa y triunfadora… Soy absolutamente conciente que la decision de renunciar a la seguridad que me brinda lo conocido me enfrenta a la vida como una recién nacida donde aprender se convierte entonces en la obligación y el secreto para sobrevivir.
Quiero llegar a un país donde haya un espacio para mí… Donde pueda con tranquilidad trabajar para superarme y construirme una identidad. Un país donde llegado el momento de hacer una familia, pueda educar a mis hijos con un criterio amplio, con capacidad de crítica, sin adoctrinamientos, sin pensamientos cuadriculados y limitantes que frenen el desarrollo de la riqueza intelectual y opaquen los sueños.
No quiero para mis hijos una educación llena de rabia, resentimientos ni complejos.
Amo la libertad, Amo esa decision de Dios de dejarnos vivir con nuestro libre albedrío… y solo una advertencia: “serás responsable de cada decision que tomes en tu vida, con la vara que midas serás medido”
En eso creo y es eso lo que defiendo…. Soy fiel a mi misma y por esa fidelidad, me atrevo a volar lejos de mi nido, lejos de mi seguridad, lejos de mis amigos y mi familia… Porque necesito sentir que no me ahoga una realidad donde la mayoría de los pobres se avergüenzan de su humildad pero no luchan por salir adelante y donde casi todos los que tienen dinero son incapaces de tender una mano a aquel que lucha para tener algo mejor.
No existe el país de las maravillas… pero existen países donde es posible construir realidades maravillosas y países donde se ahogan las maravillas con realidades escabrosas.
Venezuela es un gran país… y hace algunos años no hubiese pensado jamás en irme, pero ahora no me siento segura de construir aquí… La gente habla de luchas y esperanzas pero la realidad es innegable.
Chávez puede irse mañana del poder… puede darle gripe, complicarse y morir… es humano… o sencillamente puede perder las elecciones del 2012
Pero la verdad es que el país que nos entrega está tan herido, desangrado con leyes inútiles, con acuerdos internacionales que lejos de ayudar al desarrollo de nuestra sociedad, contribuyen a empobrecernos mientras otros se benefician.
Todos hablan del desarrollo del país… Que es el país? Que es Venezuela sino el esfuerzo de los venezolanos…
Y busco a alguien que me explique cómo se desarrolla un país donde la educación pasa a ser adoctrinamiento, donde las instituciones educativas tienen un estado deplorable, donde se restringe la libertad y se impone el pensamiento único.
Cómo se desarrolla un país con unos ciudadanos que dicen “a mi que no me den… que me pongan donde haya” en clara alusión a la profesión política de la corrupción.
No entiendo cuando se desvirtuó este país… cómo permitimos que todo llegara a lo que jamás creímos posible…
Los del pueblo... ya estamos cansados… ya no creemos en nadie… Solo en Dios y en nosotros mismos…
Venezuela pudo ser el país de las maravillas… Ahora solo es el país de la resignación.

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