La gente dice que soy valiente…
otros me preguntan sino extraño mi país... la verdad extraño todo, mis padres,
mis hermanos, mis sobrinas, mis amigos… hasta a mis ex jefes los extraño, pero
no cambiaría la decisión de venirme.
Estos días he sentido una especie
de “bajon” de Maracaibo… quizás fue el cumpleaños de la ciudad o el escuchar
algunas gaitas, pero de pronto me dieron ganas de tomarme una frescolita bien fría,
comerme unos tequeños o unas mandocas calientitas…. Sentarme con mis padres a
conversar en el taller de la casa o visitar a mis amigos y tomarnos unas
poquitas “pa´la calor”
Y desde aquí me pongo a pensar en
Maracaibo, en el calor, en la gente… En esa ciudad caóticamente hermosa… Y es que en la distancia ese caos que muchas
veces parece invivible es lo que hoy extraño.
Pero también soy consciente que
en mi visión de la ciudad la distancia resalta las cosas positivas y va
diluyendo entre los kilómetros las cosas negativas… Es increíble cómo cambia el
panorama cuando lo miras desde afuera.
El estar aquí me ha hecho ser
agradecida por las cosas que puedo disfrutar, me encanta el paisaje y vivo en
un sector particularmente hermoso… pero también me ha hecho ver Maracaibo con
otros ojos… quizás ojos un poco críticos… pero sin duda reales.
Maracaibo es una ciudad hermosa, pero
soy consciente de que es tan difícil hoy en día vivir allá… Se que no es bueno
hacer comparaciones… pero también se que es inevitable… y mientras paseo por
las calles de Santiago me pregunto cómo es posible que ningún político (ni de
antes ni de ahora) se preocupe porque los marabinos tengamos un transporte público
que sea digno, o que tengamos calles asfaltadas, no hay preocupación real por
la seguridad de quienes allí viven y todo se resume en un discurso político que
esta vacio de intenciones y lleno de promesas… Como decía Di Martino en una de
sus propagandas políticas “Mientras haya esperanza” y así está la mayoría…
viviendo de esperanzas… haciendo lo que se puede para salir adelante,
intentando sobrevivir.
Estoy aquí y estoy consciente que
las cosas tampoco son perfectas… pero no conozco a nadie que me diga que son
peores… y desde mi perspectiva puedo decir que al menos como experiencia
personal, la oportunidad de conocer otra ciudad, de aprender a moverse en ella,
de intentar camuflarse entre todos… es algo que me deja una gran satisfacción a
nivel personal y un gran aprendizaje.
Pero saben que me gustaría con
todo el alma? Que Maracaibo fuera en la realidad tan hermosa como es en mis
recuerdos y en las gaitas…